Este jueves se cumplió un año del asesinato del joven Franco Amaya, quien fue ultimado por un efectivo de la Unidad Departamental Punilla.

Un grupo de familiares y vecinos de la ciudad organizaron un emotivo acto en calle Los Gigantes, lugar donde acribillaron al joven.

"Es cada vez más dificil seguir sin Franco. Me quitaron una parte de mi vida", expresó Laura Cortéz, mamá del muchacho.

Por el hecho está detenido en el penal de Bouwer a la espera del juicio Rodrigo Bustos, acusado de homicidio agravado por la calidad de autor y por el uso de arma de fuego en concurso real. Mientras que el oficial ayudante José Ezequiel Villagra (22) está imputado por omisión de los deberes de funcionario público. Ambos fueron exonerados de la fuerza.